Mensaje de la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay,
con motivo del Día Mundial de la Filosofía
15 de noviembre de 2018
La filosofía se nutre de la necesidad del ser humano de comprender el mundo que lo rodea y extraer principios para orientar su actuación. Se trata de una necesidad ancestral que hoy sigue siendo igualmente apremiante: cerca de 3 000 años después de la aparición de esta disciplina en China, Oriente Medio y la antigua Grecia, las preguntas que plantea la filosofía no han perdido en absoluto su pertinencia y universalidad, antes al contrario.
En un mundo cada vez más complejo, donde reina la incertidumbre, donde los cambios sociales y las revoluciones tecnológicas difuminan las referencias establecidas, donde los retos sociales y políticos son inmensos, la filosofía sigue siendo un recurso muy valioso: es un espacio de retiro y desaceleración y, al mismo tiempo, una luz que puede orientarnos.
Así, la filosofía nos ayuda a superar la tiranía del instante y analizar los retos que se nos plantean con la perspectiva histórica y la altura intelectual necesarias. Nos aporta claves de interpretación y sintetiza en un lenguaje accesible conocimientos fraccionados en innumerables ámbitos: la biología, la genética, la informática, las ciencias cognitivas, el derecho, la economía, las ciencias políticas... Más allá de estos conocimientos de expertos, la filosofía logra distinguir las cuestiones propiamente humanas, las que tienen que ver con el sentido, la norma.
La filosofía nos ayuda también, precisamente, a reflexionar sobre las normas que fundamentan nuestra vida colectiva, al ocuparse de las cuestiones relativas a la justicia, la paz, la ética o la moral. Cuestiones que son de una actualidad candente, puesto que los avances realizados en el ámbito de la inteligencia artificial parecen redefinir incluso las fronteras de lo humano.
Por último, la filosofía implica un enfoque y una actitud específicos: la apertura al diálogo y al intercambio de argumentos, la disposición para aceptar lo que parece ajeno y diferente, la valentía intelectual de cuestionar los estereotipos y deconstruir los dogmatismos.
Por todas estas razones, la filosofía es un recurso indispensable para la convivencia y para toda sociedad libre y pluralista, o a que aspira a serlo.
La UNESCO, cuyo mandato está en consonancia con la vocación universalista de la filosofía, siempre ha concedido una importancia especial a esta disciplina. Por ello, nuestra Organización tiene el placer de celebrar un año más, en su sede de París, los días 15 y 16 de noviembre, el Día Mundial de la Filosofía. Durante dos días y una noche, talleres, mesas redondas y conferencias permitirán a los amantes de la filosofía, de cualquier generación y horizonte cultural, transitar por nuevos caminos y disfrutar el placer del intercambio de ideas y la reflexión.
En este Día Mundial de la Filosofía, ojalá que la famosa frase de Sócrates —“Solo sé que no sé nada”— nos incite a avanzar juntos varios pasos en la inmensidad vertiginosa del saber.
Fonte: Didáctica de la Filosofía